Se trata de una enfermedad multifactorial; es decir, diversos factores han demostrado jugar un papel en el desarrollo de la patología, tales como: la laxitud coxofemoral, que permite una subluxación de la cabeza del fémur durante la marcha; la nutrición (por exceso de calcio y vitamina D en la dieta); el peso del animal (los perros más pesados desarrollan osteoartritis antes que los más delgados); velocidad de crecimiento (los cachorros de crecimiento rápido tienen más riesgo de desarrollar displasia de cadera); genética (muchas veces es hereditaria); la masa muscular (las más flácidas tienen más tendencia), y por último la raza (aunque puede afectar a cualquier perro, algunas razas parecen estar predispuestas: Golden Retriever, Pastor Alemán, Pastor Belga, Rottweiler, San Bernardo y mastín).
Como opción de tratamiento se optó por la técnica quirúrgica de doble osteotomía, inicialmente en la cadera derecha. Consiste en realizar dos cortes en el hueso por ilion y pubis para conseguir rotar el acetábulo unos grados hasta hacerlo encajar en la cabeza del fémur y fijar después con placa y tornillos.
Kumba permaneció hospitalizada con tratamiento analgésico, antibiótico y antiinflamatorio hasta su recuperación.
Ahora nuestra Kumba estará unos días en reposo en casa recibiendo la medicación, con los cuidados de sus dueños y nuestras revisiones traumatológicas.